Para mantenerse saludable, los expertos recomiendan consumir alimentos saludables y hacer ejercicio. Sin embargo, un estudio reveló que la fe es vital para el funcionamiento adecuado del cerebro y, como él es el órgano que conduce a todo el cuerpo, este hallazgo nos abre los ojos a la manera en que tratamos nuestra salud.
Andrew Newbeg y Mark Waldman hicieron una investigación de cómo el creer en Dios afecta a nuestros cerebros, y llegaron a la conclusión que:
La fe es la cosa más importante que una persona necesita para mantener un cerebro neurológicamente sano. De hecho, creemos que la fe es más esencial que el ejercicio, especialmente a la luz de la investigación acumulativa que muestra cómo la duda y el pesimismo pueden acortar su vida por años.
Newberg y Waldman aseguran que la fe fortalece un circuito único en el cerebro que mejora la memoria, la cognición, reduce la ansiedad, incrementa la conciencia social y la empatía. Ellos también estudiaron el efecto de la oración y concluyeron que mejora la fe y “libera poderosos neurotransmisores que aumentan su sentido de alerta, claridad, conciencia y tranquilidad.” A este estudio también se le suma el estudio realizado por Harvard T.H. Chan School of Public Health que reveló que ir a la iglesia tiene efectos en la esperanza de vida.
Por lo tanto, la fe, la oración y la asistencia a la iglesia no solo son formas que nos ayudan a conectarnos con Dios, sino que también tienen un gran impacto en nuestro cuerpo físico.